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«Hybris:
diario de un poeta desconocido»,
Ediciones en huida, es mi primer libro de poemas no autopublicado,
quinto en total.
Antes
de nada, quisiera hacer una aclaración con respecto al concepto de
hybris. Porque, con el tiempo, su empleo, bajo cierta racionalidad,
se viene utilizando para describir un estado en cierta manera
desatado y despótico. Seguro que todos hemos escuchado aplicar el
concepto a políticos. Pero este uso del concepto en su acepción
moderna está descontextualizado. Ha sido acotado en sus dimensiones
y significados con un carácter moral muy particular, en gran parte
desposeído de su contexto, de manera que han limitado el concepto de
hybris a una caricatura. Siendo su contexto un periodo de transición
desde un orden basado en los dioses olímpicos y una idea de destino
asociada y dirigida por los mismos, hacia un período en el que el
hombre tomará las riendas de su propio destino. De hecho, los dioses
castigaban a los que sentian hybris. Lo que caracteriza al concepto
de hybris, es un sentimiento de fuerza en el sentido nietzscheano,
una desmesura, que en realidad es la misma desmesura de vivir, que
hace traspasar los límites de lo propiamente humano en aquel
contexto, rompiendo con la idea de destino forjado por los dioses
olímpicos. Por tanto, se trata de un ejercicio de inmanencia, en el
cual es siempre crucial el contexto como pasa siempre con los mitos.
Esto no quiere decir que la hybris venga a ser ni buena ni mala, como
todo sentimiento de fuerza, de desmesura, de potencia, que abre
nuevas posibilidades vitales, depende del individuo como principio de
individuación lo que haga con ella, existen disparidad de mitos con
respecto a ella, así como acciones llevadas a cabo bajo su influjo. Por eso, Hybris en el título, como muestra de la fuerza potencialmente creadora, transformadora, de (auto)superación, en la posibilidad firme de hacernos mejores a nosotros mismos.
La
obra está dividida en siete actos. Ya que cada acto trata de
conceder de una visión dinámica y panorámica a la obra, que en
cada acto se particulariza como en escenas. Los actos son: I La
hybris, la literatura y yo, II La juventud pasada pero no perdida,
III Las relaciones: cielos e infiernos, IV El mismo vacío, V Lo
errante, lo perecedero y lo perdido, VI La buena y la mala suerte,
VII Subjetividades del tiempo. Los actos están formados cada uno por
once poemas.
Los
poemas han sido seleccionados y trabajados específicamente para esta
obra, de entre aproximadamente poemas escritos durante los últimos
5-6 años. Y tratan de múltiples formas de abordar temas recurrentes
en mi obra, como el tiempo, la madurez, las edades, la literatura,
las relaciones etc
Los
distintos actos pueden funcionar tanto de forma común como
independiente. Y tratan de dotar de cierta línea argumental general
y no lineal a la obra, por más que los poemas constituyan en sí
mismos, trazos o líneas de fuga, que para alcanzar su pleno sentido
escapen siempre al mismo poema. Ya que ponen en conexión diversas
partes de la misma obra completa o diversos poemas. De manera que su
unidad simbólica, se fundamenta en esa misma multiplicidad, que por
otra parte es todo lenguaje. Es decir, la obra en su conjunto no
descansa sobre ningún centro ni punto fijo. En todo caso, sería más
representable por una multiplicidad en movimiento. En cierto modo,
volviendo a los términos de fuerzas, como lo es la hybris, la obra
ofrece intensidades, subjetividades, en permanente tensión entre
ellas. Para ello, también durante la preparación de la obra he
tratado de elaborar y trabajar los poemas de diversas formas
diferentes.
Siendo
el objetivo final ser capaz de desplegar ante el lector todo un mapa
existencial propio, una cartografía. Un ejercicio poético y vital
de plena inmanencia, que a modo de redefinición de los propios
límites de la identidad, que como todo límite escapa o transgrede
un territorio hacia el confín de su afuera, transformándolo. Es
decir, la literatura no sólo comunica, transmite o informa sino que
deja una huella profunda en nosotros, unas marcas. En definitiva,
esta obra es una necesidad de perderse un poco para poder
encontrarse, o aunque suene contradictorio, la necesidad de no tener
que buscarse nunca.
Antonio Palacios
PRÓXIMAMENTE A LA VENTA
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