Este breve artículo, no tratará sobre
la nueva reforma educativa. Sino sobre la educación.
Esa educación enterrada, cubierta de
polvo, olvido e infamia. No se trata de ser lapidario. Pero sí, en
la medida de lo posible lo más cercano a la realidad.
Cualquiera con sentido común, algo de
sensibilidad y "un par de dedos de frente". Será
consciente que las políticas públicas, sólo existen aisladas unas
de otras en el mero plano formal de la teoría.
Es decir, las políticas públicas,
adquieren especial relieve integradas. De una manera entendible,
aunque quizás rudimentaria, se puede decir que son como un sistema
de poleas. O un sistema.
Resulta, curioso, pero nada casual, que
casi siempre que se habla de la educación, se ignoran los demás
elementos que conforman su sistema. Ya que ninguna política se forma
al vacío. Confundiendo múltiples y heterogéneos aspectos.
Pues bien. Existen infinitos tópicos
sobre la educación, casi todos basados en discursos, cuya lógica
efectivamente emplea los mecanismos anteriormente descritos. Son
demasiados para la breve pretensión del artículo. Aunque sea vital desmitificar esos mitos.
Como tal, la educación que se imparte,
en buena medida quizás deja mucho que desear. Porque es meramente
aleccionadora y adoctrinante. Adoctrina sobre aspectos para el
desarrollo de competencias profesionales, cada vez más
estandarizadas y protocolizadas.
Apenas, sólo valora una capacidad
entre muchas otras, la memorística. Es decir, que si tienes la
capacidad de memorizar con suma facilidad, como los robots, serás de
"excelencia". Si no, pues no tendrás oportunidad de
acceder a ciertas cosas. Capacidades como la creatividad, la
innovación, o el aporte social apenas son valoradas.
Se trata pues de un sistema en si
mismo, poco participativo, que no exige implicación personal más
allá de las capacidades memorísticas, muy rígido, en tanto que no
permite horizontalizar conocimientos, adquirir y desarrollar
destrezas, a partir de los conocimientos propios, desarrollando
nuevos conocimientos desde los dados.
A partir de métodos de enseñanza y de
calificación, que han quedado anticuados.
Ya que no existe interacción, la
comunicación es sólo unidireccional, el mensaje debe ser
sencillamente engullido y vomitado, cada cosa en su momento. Por
tanto, en lugar de aptitudes, a veces se valoran más las actitudes.
Y estos aspectos no crean puentes ni implicación.
Hechos maximizados por la creciente
falta de medios. O condiciones que favorecen esto.
La actual rigidez de los modelos y
métodos de enseñanza no permite en muchos casos. Desarrollar
aspectos teórico prácticos que innoven de una forma participativa
añadiendo valor social a esos nuevos conocimientos, que no tienen
por qué proceder de una única área de conocimiento. Por lo que los
mismos se pierden sin canales adecuados para ellos.
Se trata de modelos garantistas de un
orden obsoleto dado. El cual, sólo beneficia al único sistema del
que apenas se oye hablar nunca. Siendo fundamental su cambio. El
modelo productivo.
Un día nos daremos cuenta que nos han
cambiado todo. Para no cambiar este. (Entre otras cosas)
Resulta curioso que generación tras
generación, tantísimos jóvenes sean abocados a trabajos basura, con
titulaciones universitarias ¿Donde está el problema de eso? ¿En la
educación? Claro que no. Pero se nos repite hasta la saciedad lo
contrario. Por el simple poder del capital financiero. Que incluso
amparado por las políticas realizadas crea un doble vínculo.
Fórmate. Para un trabajo basura. Que si no tendrás un trabajo
basura, por no haberte formado. Haciendo casi justificable, que para
trabajos cuyo desarrollo es instranscendente la posesión de títulos
universitarios. Por su labor. Los no poseedores de títulos, trabajen
en condiciones leoninas, como si esto fuera su culpa, o una condición
de normalidad.
Quizás sería conveniente reflexionar,
si por esto citado, muchos jóvenes deciden realizar dadas las pobres
expectativas laborales, estudios universitarios. Aunque tal promesa
de trabajo justo sea una pantomima.
Aunque apostar por la inversión en
otra educación, quizás conllevaría otra sociedad. Otra clase de
ciudadanos.
Sería aconsejable que la comunidad
educativa analizara en profundidad el estado de la educación. Ya que
como en todos los problemas, desde la dimensión individual, grupal a
la comunitaria. Los problemas, no se suelen abordar por sencillo
temor a los cambios o dinámicas complacistas.
Aunque en verdad, los mismos problemas,
sean una incomodidad que a modo de síntomas reflejan que algo no va
bien. En todos y cada uno de sus miembros.
Ya que los problemas suelen ser
comunes. Necesitando soluciones reales comunes.
El diálogo interpares siempre pone
nervioso al poder.
Flores del Parnaso
hay una cosa que no dice el artículo. Pero me lo ha sugerido al leerlo. Y es que como no piensan cambiar el modelo productivo. Piensan que la educación es un lujo. Que existen demasiados universitarios. Que no van a poder insertar en el mercado laboral. Que por tanto, sobran universitarios. Y sólo van a poder ser universitarios, aquellos que se lo puedan permitir. Pero claro, esto es una elucubración.
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