A veces se adentraba
Sola en una antigua senda.
En mitad del invierno.
Pensando en él
Y una tela de araña.
Cuando el recuerdo
Aun pesaba más que el olvido.
A él, le bastaba cerrar los ojos
Para recordar sus ojos tristes.
Entre todo aquello perdido
Que no se recupera.
Aunque ella ya no fuera ella.
Y él no supiera bien
Quién era ya.
Cuando todavía eran tan jóvenes.
Que la vida los puso en distintos lugares.
Antonio Palacios
Bonito.
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